sábado, 16 de mayo de 2009

Mi Psicosis

Renzo Vito Salvador 3 -D
Pensaba en suicidarme, toda mi vida soñe, tal vez solo fueron sueños….
Era de noche, caminaba junto a Ivana, la estaba acompañando a su casa, como toda pareja conversavamos.
Ivana y yo pensabamos irnos del pais, queriamos una vida distinta, porque sabiamos lo que iba a pasar si nos quedabamos en el Perú.
Estabamos cerca a su casa, derrepente, unas personas con maquillaje nos sorprendieron, vestian igual que un payaso.
—Hola amiguitos! , Estan listos para la diversion?! —Dijo uno de esos personajes.
—Entreganos el dinero, o la chica vendra con nosotros y nunca la volveras a ver en tu maldita vida—Me advirtieron
Ivana comenzo a gritar, tenia miedo, yo no sabia que hacer.
Los payasos sacaron un cuchillo, y haciendole un pequeño cerca a la nariz, me obligaron a sacar el dinero.
Todo paso tan rapido, cerre los ojos, los abri denuevo y estaba en mi cama, junto a una pequeña botella de ron.
Llame a la casa de Ivana, para saber como estaba. Nadie respondia. Fui a su casa.
— ¡Ivana! —grite.
Sus padres sacaron la cabeza por la ventana.
—Ivana esta durmiendo, no fastidies mocoso, vete a trabajar vago! —grito el padre.
Como pudo pasar eso, los payasos, que pasó con ellos, que sucedió ayer, despues que parpadie, no me acuerdo de nada.
Los dias pasaron y transcurrieron como siempre, intente olvidarme de ese dia, aunque todavia no cuadrara eso muy bien.
Regrese del trabajo, eran ya las seis de la tarde, el carro de mis padres estaba estacionado, ellos estaban en casa.
Cuando entre a la casa, me percate de muchas cosas, mi almuerzo no estaba en la mesa, tal vez esta no era mi casa…, pero no puede ser, el carro de mis padres estaba alli, tenia la placa, era identico, subi al segundo piso, alli tenian que estar.
— ¡Mamá, Papá!! —grite.
Nadie respondia, sin embargo, se escuchaba llanto y lamento.
Intente forcejear la puerta, pero no pude, pero usando una tarjeta pude abrirla.
Mamá estaba sentada en la cama, llorando, no sabia lo que pasaba.
—Mamá, tranquila, dime lo que ha pasado, donde esta papa—le pregunte.
—Ellos, ellos se los llevaron, seres pintados, Ivana, ellos, tu padre, —me respondio mi madre, intentado aguantar el llanto.
Habia una hacha tirada en el piso y unas clavas con puas, era atroz.
Sali corriendo de mi casa, tenia que denunciar el hecho, pero, esta vez tambien cerre los ojos, comenze a ver todo de forma borrosa, una gran oscuridad ocupo mi vision, todo se torno blanco, ¿estaba en una clinica?, me dolia mucho la cabeza.
Volvi a levantarme, intente sentarme en mi cama, no sabia lo que habia pasado.
Papá entro al cuarto, dejo unas cosas y se sento al pie de la cama.
—Alvaro, que ha estado pasando ultimamente contigo—pregunto con cierta precupacion.
—No pasa nada viejo, simplemente, son malos sueños—dije, Intente convencerlo que nada pasaba.
—No hijo, no te creo nada, tu madre y yo hemos pensado que una terapia con un psiquiatra—dijo mi papa.
—¡¿Qué?!, estas loco papá, no me pasa nada, esos payasos no existen, solo los crea mi mente, nada te paso y eso me alegra, estoy tranquilo.
—¿Cuáles payasos hijo?, estabamos en lo correcto, si lo necesitas—dijo mi padre.
—Dr.Lacan, el es Alvaro, mi hijo—dijo mi padre.
—Hola Alvaro, como dijo tu padre, yo soy el Dr.Emilio Lacan, y estoy aca para conversar contigo y ver un poco como andas— dijo Lacan.
—Bueno, yo los dejo solos, hasta luego Alvaro—dijo mi padre, cerrando la puerta y dejandome solo con el Dr.
—Bueno Alvaro, tus padres me han dicho que tienes algunos problemas, que confundes hechos y que hablas mucho sobre unos payasos—Dijo el “doc”.
—Bueno, a Ud, no le puedo mentir, es verdad, esos payasos, en verdad existen, los he visto, no se si son mis sueños, pero no se lo que me esta pasando, ayudeme “doc” —dije.
—Tus padres me dijieron que eres muy bueno dibujando, me ¿podrias dibujar a esos payasos? —dijo Lacan.
Saque una hoja de un sketch y con un carboncillo que estaba en mi mesa de noche comenze a dibujar a esos seres, siempre recordando lo que paso con Ivana.
—Imposible, puede ser…, susurro Lacan, al ver el dibujo del payaso.
—Te contare algo Alvaro, pero prometeme que no se lo diras a nadie—dijo Lacan
—Ok, doc, no se preocupe—dije.
—Hace mucho tiempo, tuve un paciente muy parecido ati, me haz hecho a recordar sus ojos, el era un psicotico, hablaba tambien algo respecto a unos seres, el los veia, y constantemente hablaba de ellos, su diagnostico fue psicosis, pero hubo un cierto detalle antes de su muerte, el comenzo a notar no solo los payasos, si no muchos otros seres que fueron indescriptibles por el, intentaban dominar las mentes de las personas, ya que ellos no podian venir a la tierra—dijo Lacan
—Buena, doc, pero ahora si cuentese una buena, porque de tantas que he leido esos intentos de historias de terror no me asustan—dije.
—Si no me crees, no importa, tal vez no lo entiendas, solo te seguire contando para levantar tu curiosidad—dijo Lacan, y prosiguio con su historia.
—Ese señor, murio de muy viejo, pero nadie lo mato, y no se pudo aclarar su muerte.
Un dia comun y corriente en la noche, se escucho unos gritos, era el señor, nadie hacia caso a esos gritos, por algo era un manicomio, pero al entrar en su celda, observamos heridas en su cuerpo, marcas de golpes y una fuerte herida en la nuca.
Lacan se fue muy tarde de la casa y apenas se fue, no dude en revisar en mi computadora sobre aquel hecho.
Era verdad, Lacan no habia mentido , todo era cierto.
Mi vida siguio normal, pero aquel dia , mientras iba al supermercado a realizar unas compras, me encontre a un señor, estaba tapado, no se le veia la cara, pero me el llamo.
—Alvaro, ven hijo, toma este libro, tienes que leerlo, te hara bien—me dijo aquel hombre.
Aquel libro se titulaba “El Misterio detrás de tus Sueños”, el autor era un desconocido en el campo de la literatura, nisiquiera se habia puesto la biografia de aquel tipo.
Al leer el libro, este relataba con calidad de detalles todo lo que me paso, lo de Ivana en su casa, y muchos otros sucesos.
Como pudo este sujeto relatar grandes fragmentos de mi vida, no puede ser.
Busque de muchos modos, la vivienda de aquel autor, y lo ubique, camino a la sierra.
Tome el primer bus que se me cruzo y encamine mi rumbo hacia aquel lugar.
Llegue a la casa, era un poco grande, toque la puerta para que me atiendan, al poco rato, se abrio la puerta, y salio una silueta muy conocida.
—Hola Alvaro, como estas? —dijo aquel ser.Lo vi, el autor era el payaso.

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