lunes, 18 de mayo de 2009

La Isla - Diego Mory

Viernes, 14 de abril de 1397. Es mi quinto día en la isla, ya no sé que hacer. No se donde hay comida, no se si hay civilización, no si alguien sabe que estoy aquí. Me he pasado estos cinco días bebiendo agua de mar y estoy empezando a enloquecer. Lo único que me queda es este antiguo diario que mi madre me regaló. No me quiero mover de estas grandes y largas playas por miedo a las terribles bestias que podrían estar en los adentros de este endemoniado lugar.
Todo empezó dentro de 1000 años en el futuro, en el año 2397 mientras estaba en el departamento de mi mamá, celebrando mi cumpleaños número 21. En el mundo en ese entonces ya no habían casas, y todos vivían en departamentos, sin embargo habían departamentos realmente diminutos, así como también habían departamentos inmensamente grandes. Yo trabajaba en una agencia policial donde diariamente tenía muchos casos que atender, había días en los cuales simplemente tenía que buscar el archivo de vida de un criminal, y había días en los que tenía que arriesgar mi vida tratando de atrapar a algún tipo de terrorista fuera de control. Este día en especial era “supuestamente “mi día libre ya que era mi cumpleaños, por lo que no debían llamarme a menos que sea una emergencia realmente grande. Ese día me despertó mi madre trayéndome el desayuno a la cama, ella había venido muy temprano y había entrado usando la tarjeta llave que le di. Cuando terminé de desayunar, mi madre me trajo un viejo libro envuelto en un papel extraño. Me dijo que era el diario de mi padre, que lo tenía de recuerdo antes de que muriera. Lo raro era que me había dado el diario en blanco, y al inicio tenía como que pequeños pedazos de papel, como si las páginas hubieran sido arrancadas. Me dijo que había arrancado lo que escribió mi padre y lo había guardado en una caja secreta como recuerdo, pero de todas maneras me daba ese diario para que yo lo pudiera usar para mis memorias más íntimas. Luego de eso mi madre me estaba contando quienes iban a venir más tarde para poder celebrar juntos mi cumpleaños, cuando de pronto empezó a sonar mi celular. Era mi jefe diciendo que había un problema realmente grave y que tenía que ir urgente a la agencia para que me pueda explicar mejor el caso con el que íbamos a tratar. Parecía realmente desesperado, y me dijo que no tardaría tanto y tendría la noche libre, así que fui a la agencia.
En la agencia mi jefe me contó que el líder de una banda terrorista realmente importante, había escapado de la prisión y además, habías asesinado a tres oficiales.
Según algunas fuentes, esta banda terrorista estaba planeando un ataque hacia nuestra agencia en uno de estos días, para poder robar el expediente de criminales. El expediente de criminales es un expediente con la vida y la posición global de cada criminal que aya sido archivado en él. A este expediente sólo le tenían acceso ciertas personas calificadas en diferentes bases de la agencia alrededor del mundo, eran 6 los que tenían acceso para ser exactos, y uno de ellos era mi jefe por lo que el temía que puedan cometer un homicidio.
Después, cuando termino de explicarme todo, me llevo donde el ingeniero de tecnologías, por que me dijo que tenía una gran sorpresa para mi. Al llegar donde el ingeniero, me dio un pequeño celular. Este era muy extraño ya que sólo marcaba la hora exacta, el día, el mes y el año. Debajo de esto salían varios ceros que se podían modificar. El ingeniero me dijo que esta era una máquina del tiempo genuina, era su más reciente invento. Me dijo también que como era el agente más capacitado me la pensaba dar y que mejor día para dármela que en mi cumpleaños. Tomé la pequeña máquina, y la guardé en el bolsillo de mi saco, junto al diario que mi madre me regaló. Apenas la guarde mis oídos retumbaron con el sonido de una gran explosión que se sintió como si hubiera sido debajo mis pies.
Todo empezó a inclinarse y sentí que me caía, las lunas explotaban en mil vidrios diminutos disparados como balas hacia fuera y las mesas se iban acercando hacia mi cada vez más rápido. ¡Los terroristas! , exclamó mi jefe con desesperación, entonces se oyó una voz por un megafono que decía:
El edificio está por caerse, ¡entreguen el expediente o lo volaremos por completo! El jefe se negó a dárselos y los amenazó con que lo destruyan con él. Lamentablemente le hicieron caso y volaron la única viga que hacía que el edificio se resistiera y todo empezó a caer. Sólo se me ocurrió usar la máquina del tiempo en ese momento y mi jefe se me unió, antes de apretar el botón sin ver a donde me dirigía solo recuerdo escuchar un : ¡ NOOOOOO! y luego de eso el jefe y yo estábamos en medio de la nada en sabe dios en que parte del mar.
Revise el bolsillo de mi saco para sacar la máquina del tiempo, pero esta por alguna razón extraña no quería encender, por lo que me empecé a asustar y poco a poco me molesté y la bote hacia las profundidades. Mi jefe empezó a gritar como un loco por que parecía ver un barco a lo lejos que venía hacia nosotros. Al acercarse lo suficiente, vi que la bandera que llevaba era negra y comencé a temer sobre en la época en que estábamos.
Era un barco pirata y nos capturó, le rogué al capitán que me diga la fecha, y solo me dijo que era el año 1397. Tan pronto como eso, un cañonazo cayo en una de las velas del barco. Eran otros piratas que parece que buscaban un combate, o al menos robarle sus tesoros. Entre muchos cañonazos salí volando por los aires y caí sobre un pedazo de madera del barco. Estaba inconciente y estuve flotando así por horas hasta que me desperté y me di cuenta que había llegado a tierra. Era el atardecer, así que todavía había chance de buscar vida en esa isla. Estuve merodeando por las playas hasta que me encontré con el jefe tirado en el suelo con la ropa toda rasgada y con heridas serias.
Al día siguiente nos unimos para poder buscar comida, pero se veía que era una selva realmente grande llena de palmeras. El jefe se ofreció para ir en busca de ayuda o comida al menos, hasta el día de hoy no ha vuelto.
Sábado 15 de abril de 1397. Definitivamente el jefe se ha perdido o ha muerto. Ayer estuve toda la madrugada intentando hacer señales de humo, pero no sirvieron de nada. Estoy pensando seriamente en si sirve de algo quedarme en este lugar, o arriesgarme a entrar a esa selva sin fin.
Domingo 16 de abril de 1397. Estoy harto, si no hay más remedio voy a tener que entrar en esa selva, aya lo que aya no va a poder contra alguien que tiene la experiencia como yo, he sido entrenado la mitad de mi vida por la agencia para poder atrapar y matar criminales, así que esto no debería significar mucho para mi.Cuando el sol se ponga me adentrare en esa selva con este diario y el hacha, que hice con una roca y una rama tiradas en la playa, espero que esto funcione.
Fin del diario.


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