jueves, 7 de mayo de 2009

La Revuelta - Rodrigo Murillo

Rodrigo Murillo

LA REVUELTA

En un planeta muy lejano, vivía gente como nosotros pero más avanzada, era considerado el mejor planeta de su galaxia ya que superaba a los otros en muchos aspectos.

No tenían problemas ni guerras, todos eran felices, nadie quería más porque a todos les sobraba. Pero no siempre fue así, tuvieron que pasar por muchas necesidades, muchos problemas que duraron mucho tiempo en resolverse. Fueron miles de años los que tardó esta terrible época. Al principio eran un diminuto planeta con muy pocos habitantes y todos tenían un mismo objetivo que era ser felices. Uno de esos días un joven quiso asumir el liderazgo e hizo muchas cosas para conseguir lo que quería.

Todo comenzó cuando vivía con sus padres en una pequeña casa de madera, él se llamaba Hans. Sus padres siempre le decían que era especial y que tenía una misión muy importante en la vida. Una noche de esas en las que había que protegerse por la brutalidad del terrorismo que no solo arrebataba cosas materiales sino también la vida, sus padres salieron, él desde dentro oyó desde no muy lejos gritos y reconoció de inmediato esa voz. Corrió hacia la calle, tardó casi un minuto en creer lo que veía. Los cuerpos de sus padres en el suelo uno sobre otro, pálidos, sin vida. Hans nunca comprendió porqué mataban, de qué les servía, al parecer en este caso sus padres se resistieron a entregar sus cosas a los homicidas así que se las quitaron a la fuerza.

Para suerte suya tenía a sus tíos que no dudaron en inmediatamente acogerlo en su hogar, pero, traumado por lo que vio, pensó en lo que hubiera querido su padre que hiciera, entonces se propuso cambiar la situación de su planeta.

El centro del problema era que todo el planeta estaba bajo la dictadura del gobernante, hace muchos años que él se había apoderado del planeta y no había nada que lo detenga, cada vez se hacía más poderoso. Este fue el primer objetivo de Hans.

Primero le mandó cartas en las que le advertía de revueltas y le sugería dejar el gobierno, pero no las aceptó. Se burlo de él diciendo que no podría hacer nada para defender a su pueblo. Hans primero se sintió débil frente a alguien tan poderoso como era el gobernante, pero recordó a su padre e inmediatamente le volvieron las ganas que tenía de salvar a su planeta.

Con este objetivo en mente, realizó campañas y juntó a mucha gente. Primero planificó todo lo que haría desde el principio, iba a comenzar consiguiendo armas potentes del ejercito como: pistolas láser, cañones de lava, catapultas, etc. (sólo el ejercito contaba con estos avances tecnológicos traídos de otros planetas). Luego desataría a las bestias que vivían en cautiverio en el calabozo del castillo y finalmente con todo ese poder amenazaría al gobernante hasta que este se rindiera. Nada podría salir mal, había pensado en todo lo que les interpondría en su camino, solo necesitaban mucho valor, coraje y sobre todo trabajar en equipo.

Unos días después decidieron comenzar, afortunadamente nadie se echó para atrás, todos tenían la misma meta, pues parecía que lo único que necesitaban era alguien con el suficiente valor como para sacar la cara por todos y desencadenar toda esa fuerza que podrían lograr todos en conjunto. Entonces comenzaron, todo fue más rápido y fácil de lo que esperaban, consiguieron pistolas, cañones, espadas, etc. Liberaron a las bestias que antes dominaban el planeta y no tendrían problema de volver a hacerlo estando libres, y al ser las fuerzas del gobierno las que los encerraron, solo pensaban en atacarlos a ellos y no a la gente que acompañaba a Hans porque ellos los soltaron. Y, ya con todo este poder tenían lo necesario para acabar con la dictadura. El gobernante se sentía oprimido ante tal rebelión y no sabía quien pudo comandarla hasta que recordó las cartas de la insignificante persona que le enviaba las cartas y quiso salir a matarlo él mismo.

Mientras peleaban las fuerzas del ejército contra las de Hans, él se dirigió a la habitación del rey. Llegó justo cuando el dictador salía. Hans le dijo que se arrepintiera pero el gobernante se negó nuevamente. Así comenzó una intensa pelea que acabó cuando Hans acorraló al gobernante y este sin más remedio se rindió.

Finalmente Hans salvó a su planeta y ahora todos vivirían en paz gracias a su valentía, y él sabía que su padre estaría orgulloso. Hubieron varios casos como este, y gracias a todos esos esfuerzos, ese planeta que una vez fue insignificante, ahora es el mejor.

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